miércoles, 31 de agosto de 2022

Museo de Arte Contemporáneo




El Centro de Arte Contemporáneo de Quito se encuentra ubicado en el Barrio San Juan, el balcón de la ciudad. Un barrio caracterizado por su articulación comunitaria, dirigencia barrial y aspectos geográficos particulares que lo convirtieron en lo que conocemos en la actualidad.

Cargado de un pasado extenso, inclusive previo al proceso de colonización, San Juan es un espacio limítrofe para el centro histórico. A su alrededor conviven edificaciones del siglo XVII así como también complejos arquitectónicos que buscaron marcar la vanguardia en las décadas de los 60´s y 70´s. En ese entramado de edificios se encuentra el Sanatorio Rocafuerte, actual Centro de Arte Contemporáneo de Quito. Un edificio patrimonial concebido a finales de 1899 concebido y diseñado por los arquitectos italianos Durini y por el arquitecto alemán Francisco Smith.

Aunque sus usos fueron cambiando conforme pasaban los años -sanatorio, cuartel, hospital, vivienda, oficinas, etc.- su presencia estuvo acompañando el proceso de transformación del actual barrio. Sin embargo, los momentos que marcaron de forma más profunda esta relación, se dieron cuando el antiguo Hospital Militar decidió mudar sus oficinas y consultorios a su actual edificación. El sanatorio pasaría a transformarse en una especie de barrio amurallado que contuviera las historias de varias familias a la vez que que serviría de punto para el comercio ilegal y microtráfico. Este aspecto colocó un estigma en sus habitantes, provocando una segmentación basada en la racialización de las personas y en sus factores económicos. Hecho que es recordado hasta la actualidad.

A partir de la reubicación de sus habitantes empezaron las tensiones por su ocupación. Siendo el más destacado, el intento de transformación en un anexo del penal García Moreno. Circunstancia que causó un rechazo profundo de vecinxs del sector, quienes a través de acciones legales y confrontaciones directas impidieron que avanzara dicho proyecto.

Finalmente, a través de una ocupación cultural por parte del barrio basada en celebraciones de misas, danzas, encuentros, etc., y de apropiaciones artísticas como las llevadas a cabo por Jenny Jaramillo y Pablo Barriga, la edificación se destinó para albergar la exposición de la revolución quiteña y francesa hasta que finalmente estas propuestas dieron lugar al Centro de Arte Contemporáneo de Quito.